BAQ 2018 |
CATEGORÍA REHABILITACIÓN Y RECICLAJE |
ECUADOR |
AUTORES: Felipe Palacios, Johann Moeller, Francisco Reyes, Jorge Palacios |
Este proyecto está asociado con el fenómeno de la gentrificación y la regeneración de espacios postindustriales. Tinto-Blanco WineBar+Shop ocupa el espacio de una vieja mecánica automotriz en Cumbayá dentro de La Tejedora, y forma parte de una comunidad que quiere revalorizar estos espacios residuales dentro del tejido urbano del valle. De esta manera, se logra activar el suelo urbano, atraer inversiones y mejorar la calidad del espacio.
En este contexto, tuvimos la oportunidad de transformar un espacio existente en un sitio donde convivan una tienda de vinos y un bar. Esto requería una aproximación específica para trabajar con las preexistencias del lugar, sus historias y potenciales. Queríamos explorar soluciones innovadoras y oportunidades en la superposición entre espacio, programa, forma, presupuesto y materialidad, en búsqueda de una belleza redimida.
El reto fue entretejer las diferentes actividades para que convivan armoniosamente, los requerimientos programáticos, espaciales y lumínicos eran diversos. Para lograr resolver el encargo debidamente, se emprendieron una serie de operaciones de diseño para acomodar el aforo y la exhibición de 262 botellas.
La desproporción entre el programa y el espacio existente determinó una distribución no tradicional. El trazado de una diagonal permitió generar dinamismo y profundidad, de tal manera que se reduzca el tamaño de la bodega y distribuya el peso del programa. La diagonal marca también la zonificación del espacio, separando parcialmente la zona de mesas + cocina y la barra principal con la licorera, para rematar con la cava de vinos al final. La manipulación del espacio se acentúa con el cambio de escalas. La diagonal se hace evidente en una pieza exterior cubierta. Esta pieza logra mediar la relación del bar con el contexto inmediato y permite la permeabilidad espacial entre el interior y el exterior, a través de la apertura de una puerta basculante con un sistema de resortes, abre totalmente el espacio.
Un aspecto fundamental del diseño fue la minuciosa coreografía de materiales. Nuestra preocupación trataba de mantener un estilo sobrio-contemporáneo de bar y la estética industrial del contexto además de trabajar con cariño en el detalle, y estar atentos a las afinidades inesperadas entre los materiales dejados aparentes y honestos. El acero negro fue utilizado por sus cualidades funcionales y estéticas relacionadas a la industria. Se encuentra en la pérgola, fachada, maceteros y licorera. La madera de pino relacionada a la industria del vino, brinda calidez y confort a nivel de cielo raso y en la barra principal. El piso presenta una composición modular de baldosas hidráulicas, combinadas con microcemento negro. El acero inoxidable está presente en las zonas de servicio y apoyo, de manera que ayuda a articular la combinación con el resto de materiales.
Este proyecto es una crítica a la búsqueda de la estética de lo pobre como recurso arquitectónico. Un recurso utilizado donde la materialidad pasa por encima a la arquitectura. Por el contrario, Tinto Blanco muestra una aproximación arquitectónica a la manipulación del espacio interior, preocupación por adecuado funcionamiento programático y una observación cuidadosa de la poética del proceso constructivo.